A la hora de pintar una casa es importante elegir bien el producto que vamos a aplicar, ya sea pintura acrílica o sintética y, si tenemos estructuras metálicas, también es muy importante utilizar una pintura antioxidante de calidad y que nos ofrezca todas las garantías.
En este post vamos a explicar cómo aplicar la pintura antioxidante de manera correcta y cuáles son sus propiedades a la hora de proteger los objetos metálicos que tenemos en casa.
Si tenemos en casa estructuras fabricadas en metal, como por ejemplo, unas barandillas, una puerta metálica, las rejas de la ventana, una mesa, sillas etc. Con el paso del tiempo puede aparecer la oxidación en estos elementos, sobre todo si se encuentran a la intemperie.
Para evitar esto, resulta imprescindible cubrir la superficie de estos objetos metálicos con una capa de pintura que los proteja del contacto directo con el aire. La pintura antioxidante para metal tiene un efecto protector muy eficaz y prolongado en el tiempo. Además, se puede pintar encima sin ningún problema.
La pintura antioxidante se debe aplicar sobre hierro, galvanizados y aluminio. Su función es evitar la oxidación debido a las temperaturas extremas, la lluvia o cualquier otra inclemencia del tiempo. Antiguamente se aplicaba primero una imprimación antioxidante de color naranja o gris, sin embargo, en la actualidad, esta imprimación es opcional, ya que se puede aplicar directamente una pintura antioxidante para ahorrar tiempo y dinero. Esta pintura está disponible en un amplio catálogo de colores y texturas. Por ejemplo, el acabado en forja aporta un aspecto rústico y rugoso que puede venir muy bien en las rejas de la ventana. El acabado en martelé es liso y sin texturas y puede combinar a la perfección con el estilo vintage.
Normalmente, los acabados lisos se pueden encontrar con base de disolvente y también con base acrílica, aunque con colores más limitados.
Estos son los materiales y herramientas que vas a necesitar para aplicar pintura antioxidante:
Lija para metal.
Plástico y papel de protección.
Disolvente.
Rodillo.
Brocha.
Imprimación para metales.
Pintura antioxidante.
Vamos a ver cómo aplicar este tipo de pintura en estructuras de metal nuevas:
Paso 1: debemos proteger con plásticos y papel todas las zonas que no se van a pintar.
Paso 2: lijamos la superficie que se va a pintar. Se debe utilizar una hoja de lija fina, de esta forma, la pintura tendrá un mejor agarre. Si la superficie metálica no se ha oxidado, debemos limpiar el polvo o la grasa que pueda tener utilizando un disolvente. En caso de que la estructura presente óxido, eliminamos las partículas oxidadas mediante un cepillado manual o mecánico. Después, procedemos a desengrasar la superficie con un disolvente.
Paso 3: se recomienda aplicar una mano de imprimación, ya sea con un rodillo o una brocha. Así nos aseguramos de que la pintura antioxidante se agarra perfectamente. También se puede aplicar directamente, sin imprimación previa.
Paso 4: dejamos secar la imprimación según las recomendaciones del fabricante de la pintura.
Paso 5: aplicamos la primera mano de pintura y dejamos secar. Se recomienda aplicar la pintura antioxidante con un rodillo de esmaltar para conseguir un acabado perfectamente liso y sin marcas.
Paso 6: si la pintura que hemos escogido tiene un acabado martelé o liso, se recomienda lijar la superficie de la estructura para abrir el poro.
Paso 7: aplicamos la segunda mano de pintura antioxidante y lo dejamos secar.
Si queremos pintar una estructura metálica que ya está pintada, los pasos son muy similares. La única diferencia entre pintar con una superficie nueva y otra ya pintada es la aplicación de imprimación en el primer caso, así estamos seguros de que la pintura antioxidante agarra bien en la superficie.
En caso de que el acabado sea liso o martelé, lijamos un poco con una hoja de lija fina para la apertura del poro. Aplicamos la segunda mano de pintura, dejamos secar. Si la pintura elegida tiene un acabado en forja, te recomendamos utilizar la brocha en vez del rodillo, ya que el resultado será más satisfactorio y se aprecia mucho mejor el aspecto rugoso de la pintura.
Estas son las principales ventajas que tiene la pintura antioxidante cuando se aplica sobre estructuras metálicas:
Se aplica fácilmente.
Secado rápido.
Amplia gama de colores y acabados disponibles.
Tiene una buena adherencia.
Alto poder antioxidante.
Protege de manera eficaz contra el óxido y la corrosión.
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