Cómo reparar grietas en muros exteriores y fachadas

Cómo reparar grietas en muros exteriores y fachadas

La aparición de grietas en fachadas y muros exteriores suele ser un problema habitual que, si no se soluciona a tiempo, puede derivar en graves consecuencias. Algunas de las causas más comunes son los movimientos estructurales y los factores climáticos, y pueden salir tanto en edificios antiguos como en construcciones más recientes.

Hoy en Segopi, te explicamos no solo por qué es fundamental reparar las grietas en muros exteriores, sino también cómo hacerlo para garantizar la seguridad del edificio.

¿Por qué es importante la reparación de fachadas?

Más allá de ser una cuestión meramente estética, reparar las grietas en los muros exteriores es fundamental también por motivos de seguridad y eficiencia. La fachada es la primera barrera de protección contra los elementos externos, como la lluvia, el viento, el sol y las temperaturas extremas.

No prestar atención a este tipo de problemas puede tener consecuencias más graves de lo que puedas imaginar. De hecho, aunque hay grietas que pueden parecer inofensivas al principio, si no se reparan a tiempo, pueden terminar derivando en graves problemas que pueden afectar tanto a la seguridad como a la habitabilidad del edificio.

  1. Filtraciones de agua y humedad: si no se reparan, las grietas pueden aparecer infiltraciones de agua, causando humedad en las paredes y favoreciendo la aparición de hongos y moho, lo que resulta perjudicial para la integridad estructural, pero también para nuestra propia salud.

  2. Deterioro de los materiales: el aire y la humedad aceleran el deterioro de los materiales de construcción, debilitando la estructura y poniendo en riesgo la estabilidad del edificio y la seguridad de sus ocupantes.

  3. Impacto en la eficiencia energética: las grietas permiten la fuga de aire caliente en invierno y frío en verano, aumentando el consumo energético.

¿Cómo reparar grietas en paredes exteriores?

Reparar grietas en paredes exteriores no es un proceso complicado, pero sí requiere de cuidado, paciencia y los materiales adecuados:

  1. Evaluación del tipo de grieta

    No todas las grietas son iguales. Por eso, el primer paso para reparar grietas en muros exteriores es evaluar el tipo y el alcance de las mismas. Las grietas capilares, que son finas y superficiales, pueden repararse fácilmente con masilla o sellador.

    Sin embargo, si la grieta es más profunda o está acompañada de otros signos de daño estructural, como desplazamiento o abombamiento de la pared, puede que sea necesario realizar una intervención más compleja por parte de un profesional.

  2. Preparación de la superficie

    Una vez que hayamos identificado el tipo de grieta, el siguiente paso es preparar la superficie antes de aplicar cualquier material de reparación, lo que incluye limpiar la zona que rodea la grieta para eliminar cualquier resto de polvo, suciedad o material suelto.

    Si la grieta es profunda, es recomendable ampliarla ligeramente con una espátula o una herramienta similar para asegurarse de que el material de relleno se adhiera correctamente. No olvides proteger las áreas circundantes con cinta adhesiva para evitar manchas.

  3. Aplicación del material de relleno

    Después, debemos aplicar el material de relleno. Para grietas pequeñas, podemos poner un sellador acrílico o de poliuretano directamente sobre la grieta con una pistola de calafateo.

    Si la grieta es más grande, es posible que necesites utilizar un mortero de reparación, que tiene que mezclarse con agua hasta obtener una consistencia parecida a la de una pasta.

    Debes aplicarlo con una espátula, presionándolo firmemente en la grieta para asegurar un buen sellado. Además, es importante que la superficie quede perfectamente nivelada y que elimines cualquier exceso de material antes de que se seque.

  4. Secado y acabado

    Después de aplicar el material de reparación, hay que dejar que se seque totalmente antes de proceder con el acabado. El tiempo de secado puede variar dependiendo del tipo de material utilizado y de las condiciones climáticas, pero generalmente entre 24 y 48 horas suelen ser suficientes.

    Una vez seco, puedes lijar la superficie para igualarla con el resto de la pared. Finalmente, aplica una capa de pintura exterior. De esta forma, no solo conseguirás mejorar la apariencia, sino que también estarás proporcionando una capa extra de protección.

Consejos adicionales para la reparación de grietas en la fachada

Para lograr mejores resultados a la hora de reparar grietas en paredes exteriores y evitar problemas en el futuro, queremos dejarte algunos consejos adicionales:

  1. Elegir los materiales adecuados

    Es fundamental elegir el producto correcto para cada tipo de grieta y superficie. Para grietas pequeñas, un sellador acrílico o de poliuretano suele ser suficiente. Sin embargo, para grietas más grandes o en zonas expuestas a mucha humedad, puede ser más apropiado un mortero de reparación con propiedades impermeabilizantes.

    Además, para evitar incompatibilidades que puedan causar problemas a largo plazo, asegúrate de que sea compatible con el tipo de material de la fachada.

  2. Considerar las condiciones climáticas

    El clima también puede influir considerablemente en el proceso de reparación de grietas en la fachada. Siempre es recomendable realizar la reparación en un día seco y sin viento, ya que la humedad y las bajas temperaturas pueden hacer que los materiales tarden más en secarse y en adherirse correctamente.

    Por eso, si es posible, planifica la reparación cuando las temperaturas aumenten y las posibilidades de lluvia sean bajas.

  3. Inspección regular de la fachada

    Hay que tener en cuenta que, aunque las hayamos reparado, las grietas pueden volver a aparecer, especialmente si están relacionadas con problemas estructurales más profundos.

    Por eso, es conveniente que realices inspecciones periódicas de la fachada para detectar cualquier signo de deterioro y evitar que se conviertan en problemas mayores en el futuro.

  4. Consultar a un profesional cuando sea necesario

    Aunque hay grietas que podemos reparar nosotros mismos, hay otras, sobre todo las que son muy grandes o están acompañadas de otros signos de daño estructural, que pueden requerir la intervención de un profesional.

    Con lo cual, si tienes dudas sobre la gravedad de la grieta o la mejor forma de repararla, no dudes en consultar a un experto para que realice un diagnóstico adecuado.

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En conclusión, reparar grietas en muros exteriores es una labor esencial para mantener la seguridad, la habitabilidad y el valor de cualquier edificación. Siendo muy importante hacerlo cuanto antes y con los materiales adecuados. De esta forma, podrás mantener tu edificio en excelentes condiciones durante muchos años.

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